Textos bíblicos
1º Cor 12,3b-77;12-13
Lc 5,1-11
1.- En tu palabra echaré las redes…
El Evangelio según San Lucas, proclamado en la solemne Liturgia de hoy, recoge el momento de la elección de los primeros cuatro discípulos del Señor. Jesús se acerca a cuatro pescadores de Galilea y los invita a echar las redes en un mar que se les había presentado hostil: no habían pescado nada en toda la noche…
Tres expresiones destacan el clima espiritual de asombro, de desconcierto y desconfianza que los sobrecogen:
“En tu palabra echaré las redes…”;
“Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador…” y
“Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo le siguieron”.
La asombrosa experiencia de temor, de confianza y de fe vivida por Simón y sus compañeros, subvierte totalmente sus horizontes humanos de sus existencias, los saca de un proyecto de vida acariciado por años y en el que habían puesto su esperanza; y da comienzo para ello a una aventura jamás imaginada: serán pescadores de hombres… “no temas. Desde ahora serás pescador de hombres”.
La experiencia de Pedro y sus compañeros, es también la experiencia de todo llamado, también la mía. Una experiencia cargada de asombro y de temor ante la llamada que sobrepasa las posibilidad humanas, que no dejan de confundir, pero, al mismo tiempo, una invitación que ofrece gracias insospechadas y oportunidades de crecer en una renovada confianza y en un sereno abandono en Aquel que llama a seguirlo más cerca, que ofrece Palabras de vida normal, y que invita a compartir su proyecto viviendo en intimidad y amistad con Él: “Soy yo quien los ha elegido…; los he llamado amigos… permanezcan en mi amor… Yo los envío”. Esta es la certeza , regala paz y estimula el ponerse en camino, sabiéndose sostenido, únicamente por la gracia de Dios “No temas, desde ahora serás pescador de hombres…
Con estos sentimientos me presento ahora ante Ustedes, hermanos y hermanas, de la Iglesia de Santiago como el Apóstol Pablo ante la comunidad de Corinto, me presento a Ustedes sin “el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el testimonio de Dios”, entre Ustedes no pretendo “saber sino a Jesucristo y a este crucificado” me presento ante vosotros “débil, tímido y tembloroso y mi palabra y mi predicación” no tiene nada “de los persuasivos discursos de la sabiduría”, sino que quieren ser “una demostración del Espíritu para que vuestra fe se funde no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios” (1 Cor. 2,1-5)
Esta es la fotografía de su nuevo Pastor que, sostenido por la potencia del Espíritu Santo, acompañado por la materna presencia de la Virgen Santísima y confiando sólo en la gracia de Dios, emprende la misión de ser signo e instrumento del amor del Padre y mensajero de Jesucristo para los hombres y mujeres que peregrinan por la noble ciudad de Santiago, lo haré con la ayuda y en comunión con todos Ustedes, seguro que acogen gustosos de invitación del Papa Benedicto XVI, contenida en la Bula de nombramiento: “Exhortamos a estos hijos e hijas a que te acojan como Pastor y vivan gustosamente unidos a ti con los vínculos de la caridad, de la unidad y de la obediencia”. Por mi parte, pido al Señor poder gastar toda mi vida al servicio de quienes Él ha confiado a mi cuidado de Pastor”.