NUESTRO APORTE DE MUJERES CONSAGRADAS A LA MISIÓN MAS ALLÁ DE LAS FRONTERAS.
Nuestras primeras 6 Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo que llegaron a Chile, lo hicieron el 17 de febrero de 1934, atravesando la cordillera de Los Andes, pues provenían de Argentina.
Vinieron para prestar su servicio en el área de la salud, pues en esos años había epidemia en el país. Fueron llamadas a atender los enfermos en el Hospital Barros Luco. Allí iniciaron su servicio como consagradas y al mismo tiempo, desde sus dones y talentos en el área de la salud. Así pronto, estuvieron conduciendo diversas áreas de salud y administrando el Hospital.
Seguidamente, se fueron abriendo a otras necesidades que se les presentaron. Es así que, en 1937 se asume el servicio de educación en la Escuela que se iniciaba en El Monte, dedicada especialmente a niñitas. Un año más tarde, 1938, se asume el servicio del cuidado de niños enfermos en el Hospital Pediátrico en Viña del Mar.
El servicio misionero se va extendiendo a otras zonas del país, en 1945, se inicia con el servicio a los niños/as de Fresia (Puerto Montt) a través de la tarea educativa, iniciando una Escuela en la zona. Posteriormente, en 1953 se inicia una nueva comunidad dedicada especialmente a la educación en La Ligua y en 1958, se asume por petición de los Misioneros del verbo Divino la educación de una incipiente escuelita en la Población El Pinar.
Con las nuevas luces e impulsos del Concilio Vaticano II, las hermanas fueron descubriendo nuevos modos de presencia y servicio evangelizador, fue así que surgió la Pastoral Campesina en Longotoma, la pastoral juvenil y la catequesis familiar en Osorno, 1985. En ambos lugares se constituyeron pequeñas comunidades de hermanas. Desde las comunidades ya establecidas, también hubo hermanas que fueron asumiendo este tipo de servicio misionero