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Jesús mío: ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya;
inunda mi alma con tu espíritu y tu vida;
llena todo mi ser y toma de él posesión
de tal manera que mi vida no sea en adelante
sino una irradiación de la tuya.

Quédate en mi corazón en una unión tan íntima
que quienes tengan contacto conmigo
puedan sentir en mí tu presencia;
y que al mirarme olviden que yo existo
y no piensen sino en Ti.

Quédate conmigo.
Así podré convertirme en luz para los otros.
Esa luz, oh Jesús, vendrá toda de Ti;
ni uno solo de sus rayos será mío.

Te serviré apenas de instrumento
para que Tú ilumines a las almas a través de mí.

Déjame alabarte en la forma que te es más agradable:
llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras
en el camino de otras almas.

Déjame predicar tu nombre sin palabras…
Con mi ejemplo, con mi fuerza de atracción
con la sobrenatural influencia de mis obras,
con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti.

(Card. Newman)

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y caigo en la cuenta de que, también esto,
me lo enseñaste Tú viviendo, obediente al Padre,
durante 30 años en la casa de Nazaret, esperando
la gran misión.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y en la carpintería de José, tu custodio y el mío,
aprendo a trabajar, a obedecer,
para lijar las asperezas de mi vida
y preparar una obra de arte para ti.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y sé que no estoy solo
porque María, como cada madre,
está ahí detrás haciendo las tareas de casa
y preparando la comida para nosotros, todos familia de Dios..

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y responsablemente lo hago por mi bien,
por la salud de mi ciudad, de mis seres queridos,
y por el bien de mi hermano, el que Tú has puesto a mi lado
pidiéndome que vele por él en el jardín de la vida.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y, en el silencio de Nazaret, trato de orar, de leer,
de estudiar, de meditar, y de ser útil con pequeños trabajos
para hacer mi vida más bella y acogedora en nuestra casa.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y por la mañana te doy las gracias por el nuevo día que me concedes,
tratando de no estropearlo, de acogerlo con asombro,
como un regalo y una sorpresa de Pascua.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y al mediodía recibiré de nuevo
el saludo del ángel, me haré siervo por amor,
en comunión Contigo que te hiciste carne para habitar
en medio de nosotros
y, cansado por el viaje, te encontraré sediento junto al pozo de Jacob,
y ávido de amor sobre la cruz.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y si al atardecer me atenaza un poco de melancolía,
te invocaré como los discípulos de Emaús,
Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y en la noche, en comunión orante con tantos enfermos y personas solas,
esperaré la aurora para volver a cantar tu misericordia
y decir a todos que, en las tempestades, Tú eres mi refugio.

"YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!
Y no me siento solo y abandonado,
porque Tú me dijiste: "Yo estoy con ustedes todos los días,
Sí, y sobre todo en estos días de desamparo, Señor,
en los que, si mi presencia no será necesaria,
alcanzaré a todos con las únicas alas de la plegaria.
Amén.

+Giuseppe, Obispo- Nocera Inferiore-Samo, Italia.

Espíritu Santo te pido,

Inspirarme siempre,

Lo que debo pensar,

Lo que debo decir,

Como lo debo decir,

Lo que debo callar,

Como debo actuar,

Lo que debo hacer,

Para la gloria y satisfacción de Dios,

El bien de las almas y la de mi propia santificación.

 Espíritu Santo,

Te ruego que,

Me des agudeza para entender,

Capacidad para retener,

Método y facultad para aprender,

Sutileza para saber interpretar,

Gracia y eficacia para poder hablar sabiamente.

 

Espíritu Santo,

Te pido que me des acierto al empezar,

Dirección al progresar,

Y perfección al acabar.

Sé que me oyes y en ti espero.

Amén

(Cardenal Verdier)

 

 

 “DICEN POR AHÍ QUE DIOS SE HA VUELTO LOCO

Que se hizo un niño pobre y que creció en el barro como tú y yo. 
Dicen que una niña campesina lo tomó en sus manos, 
lo arrulló en sus brazos, y le daba amor.
Dicen por ahí que Dios se ha vuelto loco.


Que dejó el cielo y a sus ángeles en Gloria,
y con maleta en mano se mudó a nuestra colonia, 
y sin más protección que sus sandalias rotas 
vino a compartir nuestro pan y nuestras derrotas. 
Dicen que dejó su trono allá en el monte santo, 
para sentarse adonde los culpables tienen su banco, 
y que abandonó el paraíso prometido 
para conocer en carne propia mis infiernos más temidos.

Dicen que Dios se ha vuelto loco.
Que llegó esa noche de sorpresa cuando 
no esperábamos a nadie en nuestra mesa, 
cuando ya creíamos que Dios nos había olvidado, 
y no contábamos con que quería caminar a nuestro lado. 
Dicen que huyó de su tierra natal, y como emigrante 
tuvo que esconderse al caminar. 


Refugiado en el silencio, perseguido por la ley. 
Ese fue su pan y la copa agria que escogió beber. 
Dicen que esa fue su locura, que siendo el eterno e inalcanzable, 
se hizo el invitado en nuestro hogar, 
que aceptó las reglas de nuestro juego 
y en nuestras suelas quiso caminar.

Dios se enamoró de ti, de mí cuando éramos necios 
y como amante enloquecido, 
vulnerable se volvió a nuestros desprecios. 
Pudo habernos obligarlo a amarle. 
Pudo habernos convencido a adorarle.


Pero no eligió la ruta del Isaías, aquellos que nos llevan a servirles con sus leyes, 
pero, Él para conquistarnos, se volvió de carne y hueso. 
Se convirtió en uno de nosotros para amarnos. 
Por eso celebramos en esta noche fría, 
aquello que siendo una paradoja, se convirtió en una bella poesía, 
y Aquél que sostiene el universo con su mano, 
cruzó el infinito mar de estrellas, 
para hacerse Nuestro Padre, Nuestro Amigo, y nuestro Hermano”.

Ulizes Oyarzún

 monseñor Romero

Con ocasión de la canonización de Monseñor Romero, te compartimos esta bella oración.  La Iglesia hoy necesita hombres y mujeres apasionados por Cristo y los valores de su Reino.

Si compartes este deseo, unte a nuestra oración!

 DANOS LOCOS, SEÑOR

¡Oh Dios!, envíanos locos, de los que se comprometen a fondo, 
de los que se olvidan de sí mismos, 
de los que aman con algo más que con palabras, 
de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin.

DANOS LOCOS, SEÑOR, DANOS LOCOS.
Danos locos, chiflados, apasionados, 
hombres capaces de dar el salto hacia la inseguridad, 
hacia la incertidumbre sorprendente de la pobreza.

DANOS LOCOS, SEÑOR, DANOS LOCOS.
Danos locos, que acepten diluirse en la masa 
sin pretensiones de erigirse en escabel, 
que no utilicen su superioridad en su provecho.

DANOS LOCOS, SEÑOR, DANOS LOCOS.

Danos locos del presente, enamorados de una forma de vida sencilla, 
liberadores eficientes de los pobres, 
amantes de la paz, puros de conciencia, 
resueltos a nunca traicionar, libres y obedientes, 
espontáneos y tenaces, dulces y fuertes.

DANOS LOCOS, SEÑOR, DANOS LOCOS.

Autor: L J. Lebret