Una pequeña historia que nos invita a reflexionar sobre nuestras actitudes hacia los demás en este año de la Misericordia.
Una pequeña historia que nos invita a reflexionar sobre nuestras actitudes hacia los demás en este año de la Misericordia.
En el día mundial del Agua, tomemos consciencia de que la realidad de la sequía abarca grandes zonas de la tierra.
Además, está muy cerca de nosotros...
¿sabes cuáles son las zonas de sequía en nuestro país?
Te invito a informarte y luego actuar en consecuencia.
¡Cuidemos el agua, que así cuidamos la vida de todos/as!
Les compartimos la reflexión realizada en torno a la Aparición de la Virgen Aparecida, ante el espiscopado Brasilero, por parte del Papa Francisco. Esto con motivo de la celebración del mes de María
1. Aparecida: clave de lectura para la misión de la IglesiaEn Aparecida, Dios ha ofrecido su propia Madre al Brasil. Pero Dios ha dado también en Aparecida una lección sobre sí mismo, sobre su forma de ser y de actuar. Una lección de esa humildad que pertenece a Dios como un rasgo esencial, y que está en el adn de Dios.
En Aparecida hay algo perenne que aprender sobre Dios y sobre la Iglesia; una enseñanza que ni la Iglesia en Brasil, ni Brasil mismo deben olvidar.En el origen del evento de Aparecida está la búsqueda de unos pobres pescadores. Mucha hambre y pocos recursos. La gente siempre necesita pan. Los hombres comienzan siempre por sus necesidades, también hoy.Tienen una barca frágil, inadecuada; tienen redes viejas, tal vez también deterioradas, insuficientes.
En primer lugar aparece el esfuerzo, quizás el cansancio de la pesca, y, sin embargo, el resultado es escaso: un revés, un fracaso. A pesar del sacrificio, las redes están vacías.Después, cuando Dios quiere, él mismo aparece en su misterio. Las aguas son profundas y, sin embargo, siempre esconden la posibilidad de Dios; y él llegó por sorpresa, quizás cuando ya no se lo esperaba. Siempre se pone a prueba la paciencia de los que le esperan. Y Dios llegó de un modo nuevo, porque siempre Dios es sorpresa: una imagen de frágil arcilla, ennegrecida por las aguas del río, y también envejecida por el tiempo. Dios aparece siempre con aspecto de pequeñez.Así apareció entonces la imagen de la Inmaculada Concepción.
Primero el cuerpo, luego la cabeza, después cuerpo y cabeza juntos: unidad. Lo que estaba separado recobra la unidad. El Brasil colonial estaba dividido por el vergonzoso muro de la esclavitud. La Virgen de Aparecida se presenta con el rostro negro, primero dividida y después unida en manos de los pescadores.Hay aquí una enseñanza que Dios nos quiere ofrecer. Su belleza reflejada en la Madre, concebida sin pecado original, emerge de la oscuridad del río. En Aparecida, desde el principio,
"Soñemos con un país en que redescubramos la gratuidad en nuestras relaciones personales e institucionales; soñemos con un país en que las personas estén exactamente en el centro de nuestra preocupación y de nuestro quehacer; soñemos en reconocernos como hermanos, como hermanas, más fraternos aún con los más débiles, vulnerables y discapacitados; soñemos en que el mayor interés no lo tenga el dinero sino el crecimiento de las personas y la felicidad de sus familias; soñemos con que Chile sea, en verdad, una mesa para todos, también para los que emigran buscando en esta casa nuevos horizontes para su vida; soñemos en un país sin discriminaciones de ninguna especie; soñemos con un país de mano tendida y rostro descubierto; soñemos con un país justo, fraterno y solidario.
¡Soñemos con un país reconciliado! ¡Soñemos con país esperanzado!"
¿Dónde te ubicas tu?