El día 3 de noviembre, el sol iluminaba y el corazón de la Comunidad San pablo irradiaba de alegría, pues después de trece años ven que su sueño de tener su propia capilla se acercaba. Esa mañana, muchos de la comunidad ayudaban a descargar los paneles y materiales que se compraron en el Hogar de Cristo de Santiago para levantar su capilla.
Me alegré de ver la colaboración y entusiasmo con que hombres, mujeres y jóvenes ayudaban a descargar y se turnaban para cumplir el cometido de guardar todo bajo techo a fin de evitar robos y la lluvia. Ahora, queda la tarea de levantar la capilla y lego disfrutarla como comunidad cristiana que vive alegre y solidariamente su Fe. (nos escribe Hna Rafaela)