María, mujer de la escucha,  abre nuestros oídos;  haz que sepamos escuchar  la Palabra de tu Hijo Jesús  entre las mil palabras de este mundo;  haz que sepamos escuchar  la realidad en la que vivimos,  cada persona que encontramos,  especialmente aquella que es pobre,  necesitada, en dificultad.
 
María, mujer de la decisión,  ilumina nuestra mente y nuestro corazón,  para que sepamos obedecer  a la Palabra de tu Hijo Jesús, sin titubeos;  danos el coraje de la decisión,  de no dejarnos arrastrar  para que otros orienten nuestra vida.
 
María, mujer de la acción,  haz que nuestras manos y nuestros pies  se muevan “de prisa” hacia los otros,  para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús,  para llevar, como tú,  la luz del Evangelio en el mundo. Amén
(Papa Francisco, 31/05/2013)