Misionera es quien sabe percibir en la alteridad
el espacio saturado de misterio y humanidad,
aunque no lo entienda y pueda aprehender esta realidad,
aunque esta presencia rompa toda seguridad.
Misionera es aquella que está abierta al misterio en el cada día.
La que busca, ama y siente pasión por la sabiduría presente
en los que luchan por la vida y han dicho basta
a toda opresión generadora de agonía.
Misionera, tu misión no es convertir y ganar almas para su salvación,
sino crear y ensanchar espacios para el encuentro y la comunión;
Segura de que, el "aprender a vivir juntos/as" es nuestra primera opción
y el compromiso por la vida, fruto de una auténtica inculturación.
Misionera mantén los oídos y ojos abiertos
que nos enfrentamos a un mundo ancho y abierto,
donde el misterio pululea hasta en el espacio desierto,
de aquellos de los que muchos creen que no tienen nada cierto.
Misionera, tu misión no es imponer un "contenido" aprendido,
sino redescubrir e interpretarlo desde el lugar donde estás metido.
Tu misión es entrar en contacto con la vida y su sentido.
Es reconciliarte y celebrar la vida y el misterio con los que más han sufrido.
Misionera tu labor es ante todo una cuestión ética.
De aprender a vivir y percibir toda sabiduría auténtica.
De escuchar y reconocer a Dios en la pasión por la vida.
De sensibilidad y asombro por el misterio del cada día.
Misionera la pasión por la vida es la misma pasión por la misión.
No sólo digas y hagas, sino siente compasión
por los que tienen sus vidas amenazadas en cualquier rincón.
Lucha, canta y ora para dignificar la vida de los que sufren discriminación.
Misionera ante la diversidad de lenguajes, gestos, símbolos y sensibilidad,
no pretendas entenderlo, aprehenderlo todo y tener la absoluta verdad.
Esto te quitará la inquietud por la búsqueda del misterio en la alteridad
y el poder crear una verdadera comunidad en torno a la vida plena,
sueño de la humanidad.