Desde la Casa Provincial

Anoche leímos tu mensaje respecto de nuestra colaboración y solidaridad con la terrible experiencia del terremoto. Algunas hermanas manifestaron su preocupación por nuestro uso del agua, con gratitud y evitando el derroche; otras nos preguntamos por nuestra actitud espiritual y decidimos hacer nuestra adoración de jueves… pedir la ayuda del Señor por los damnificados y fallecidos en el terremoto. Personalmente trate de asumir las dificultades computacionales, que pusieron en peligro los resultados de largos años de trabajo hecho con esmero, en solidaridad, con aquellas personas que perdieron todo, para así "completar los sufrimientos de Cristo en bien de su Iglesia"... Confiando en la ayuda del Espíritu Santo, quien nunca abandona a sus Siervas, me despido con gratitud por todo lo vivido en estos días, Annuntiata.