¡DESPABÍLATE!
Es propio de ser joven el soñar con un futuro no muy lejano, el de ser alegre, el de hacer experiencias
nueva, el estar pronto para el servicio, abrirsea nuevos desafíos y el de procurarse espacios para el
encuentro con otros jóvenes.
En consideración a estos aspectos que caracterizan a los jóvenes, hemos llevado a cabo el sexto
Encuentro de Jóvenes Misioneros que se realizó durante los días 29y 31 de octubre del presente
año, en la Casa de Retiro del Verbo Divino, Santiago; en el cual participamos siete Hermanas.
Tomando en cuenta que dicho encuentro permitió a un grupo de más o menos 300 jóvenes vivir
juntos durante 72 horas, compartiendomomentos de oración, formación, reflexión, recreación,
comidas, servicios diarios, etc., nos sentimos gratas al experimentar que dicho Encuentro
favoreció el desarrollo de actitudes de búsqueda de Dios,de Jesucristo y del otro, como prójimo.

Algo que nos resulta muy significativo de la experiencia es el hecho que siendotantos jóvenes, se
logra crear espacios de silencios, de convivencia fraterna, de responsabilidad, de mutuo apoyo,
de compañerismo, de búsquedas compartidas y de dejarse conducir. Sin dejar de ser inquietos,
lo que es propio a su edad,llama gratamente la atención la gran disponibilidad que muestran los
jóvenes parahacerse agentes activos de este encuentro de formación.
A partir de esta experiencia, cabe hacerse la pregunta de si es verdadero y justo quedarse en
el prejuicio de que los jóvenes no se interesan por desarrollar una vida espiritual ni se preocupan
por la formación de valores cristianos en sus vidas o que son indiferentes en cuanto a lo que le
sucede al otro.
Nos será más bien que sucede muchas veces lo contrario; que somos nosotros los adultos
los que experimentamos miedo de la proximidad de los jóvenes, porque nos desafían a salir
de nuestros esquemas que entorpecen, muchas veces, el fluir de la vida y del Espíritu.