Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO

 

El mundo en el que vivimos lleva cada vez más el sello de una interdependencia creciente en todos los aspectos del quehacer humano. La mezcla de nuestras sociedades que de ella se deriva ofrece nuevas oportunidades de estrechar los vínculos entre los pueblos, las naciones y las culturas, a escala planetaria. Al mismo tiempo, con la mundialización han aumentado en los últimos años la incomprensión y la desconfianza. La crisis económica, medioambiental y también ética intensifica aún más ese sentimiento de inseguridad y de recelo.

 

 

Ante esa evidencia, he propuesto una nueva visión, universal, abierta a toda la comunidad humana, a la que di el nombre de “nuevo humanismo”. Estoy convencida de que la UNESCO posee todos los medios de lograr aportar una respuesta humanista a la mundialización y a la crisis. En respuesta al sentimiento de vulnerabilidad que se insinúa en todos los niveles, se impone en efecto la necesidad de inventar nuevas modalidades de acción para salvaguardar la cohesión social y preservar  la paz.

 

Entre los días 17 al 27  de Mayo se realizará el Festival Internacional de la Diversidad con motivo de que en todo el mundo el 21 de mayo se celebra el “Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y para el Desarrollo”.

 

Si el mundo de ayer estaba determinado por sus diferencias, el de mañana tiende a la unificación. La tarea de nuestro tiempo es integrar plenamente la evidencia de que la unidad del género humano reside en su diversidad.

 

La contribución de la cultura a la hora de subrayar esta característica constitutiva de nuestra identidad individual y colectiva es muy valiosa. Ésta es la razón por la que el Festival se basa en actos culturales concebidos para acercar a distintas expresiones culturales, dando voz y visibilidad a la siempre cautivante riqueza de la diversidad cultural.

 

 

 

 

 

Queridos hermanos y hermanas  de la iglesia que peregrina en Atacama:

Resulta casi contraproducente estos días recientes vividos en Chile hablar del agua y su importancia para la gente. La tragedia de destrucción y muerte que hemos vivido a nivel nacional estas últimas semanas por los terremotos y tsunamis nos hace doloroso tocar este tema. Es como abrir una dolorosa herida interior en todos nosotros.

Sin embargo hablar del agua como “derecho inalienable” tiene otro sentido y otra dimensión en la escala de lo humano. Y es lo que la celebración del “Día Mundial del Agua” quiere destacar y poner en la conciencia de la humanidad. El agua, no como fuerza incontenible y con una presencia dramática de muerte y dolor, sino como recurso fundamental para la vida humana.

Este es el mensaje que Benedicto XVI ha enviado a todo el mundo ante un hecho que va resultando cada vez más dramático: afrontar la escasez del agua, desde las diversas culturas y pueblos de la tierra en este momento que vive la población mundial

MUJER, HOY MÁS QUE NUNCA, CHILE ES TU MESA

 

En esta hora de profundo dolor que vive nuestro pueblo por la reciente catástrofe sísmica que asoló a gran parte de nuestra querida y amada patria, hago llegar con sentido y fraternal afecto un saludo lleno de paz y esperanza en el Día internacional de la Mujer a cada una de las mujeres de nuestro país, que con renovado esfuerzo entregan lo mejor de sí en cada uno de los roles que les toca asumir, como madres de familia, hijas, esposas, profesionales, trabajadoras en distintas fuerzas laborales, estudiantes, mujeres consagradas, laicas comprometidas, buscando con esperanza y perseverancia la construcción de un mundo mejor, más justo y más equitativo para todos.

 

Alianza por la Justicia Climática:

 

“Gobierno va a Copenhague con Posición Ambigua”

 

 
Ante el inicio de la reunión mundial sobre Cambio Climático en  Copenhague, Dinamarca, el próximo 7 de diciembre y en conocimiento de la posición formal del Gobierno de Chile dada a conocer hoy, las organizaciones integrantes de la Alianza por la Justicia Climática manifiestan:
 
 

1.- Que la postura del Gobierno chileno resulta ambigua y no contiene el compromiso concreto de aportar, de acuerdo a sus condiciones, a la lucha contra la alteración del clima de la Tierra. Chile debe hacer -con recursos propios- un aporte medible, verificable y reportable en la reducción del crecimiento de sus emisiones. Esto debe transformarse en una meta no sólo gubernamental, sino que nacional, involucrando al conjunto de la ciudadanía en su logro.