¡Dejad que entre el Espíritu!
Dejad que sople el Viento y que penetre,
con suavidad o ímpetu,en vuestros espacios más íntimos.
Dejad vuestras ventanas abiertas y acoged el susurro
y el eco de su danza en movimiento
que os revela mi amor gratuito.
Y si hace desaparecer el edificiono tengáis miedo;
más bien alegraos de lo que estáis viendo,
pues él es nuestro refugio y a la sombra de sus alas
encontraremos la pazy el gozo perdidos.
¡Dejad que entre el Espíritu!
Pero... ayudadle, desde dentro,
rompiendo los cerrojos.
Florentino Ulibarri